Hoteles con mucho arte: estancias sacadas de un cuadro con Atlantida Travel
¿Qué tienen en común el arte y los viajes? Ambas pasiones se retroalimentan mutuamente, como puertas de entrada para vivir experiencias de (auto) descubrimiento. A menudo, los viajes se presentan como un lienzo en blanco e invitan a dejar volar la imaginación en búsqueda de inspiración. Atlantida Travel, referente en la organización de viajes de lujo personalizados en España, ha seleccionado diez hoteles de ensueño para despertar los sentidos con el arte de viajar, aunando lo mejor de los dos mundos.
Ubicado en Ciudad del Cabo, en The Silo Hotel conviven importantes obras de arte que complementan las colecciones del Museo de Arte Africano Contemporáneo (MOCAA). Según el propio diseñador del complejo, “crear espacios y galerías en los diez pisos de nido de abeja tubular respetando la autenticidad del edificio original fue todo un desafío técnico”. El resultado es una verdadera oda al arte, al diseño y a la arquitectura, tanto por dentro como por fuera.
Por su lado, la pasión por las antigüedades y el art decó queda patente en The Siam, un hotel boutique que representa la era dorada de Tailandia y alberga una completa colección de antigüedades que decoran las habitaciones y los espacios interiores con más de 10.000 piezas, algunas de ellas pertenecientes a la colección privada de la familia propietaria, los Sukosol Clapp. La joya de la corona de este santuario urbano es el Atrium, un patio interior cuyo diseño está inspirado en el Museo de Orsay de París.
El arte se encuentra en cada esquina de Villa Copenhagen. Lo que en el pasado fue una centenaria oficina de correos, actualmente se ha reconvertido en un emblemático edificio de lujo sostenible en la capital danesa. El hotel alberga la colección privada de arte más exclusiva de la ciudad, valorada en más de dos millones de dólares, donde se exponen piezas de artistas locales e internacionales como Jaume Plensa, Per Kirkeby o Ian McKeever.
París es, desde hace siglos, un epicentro cultural indiscutible. La herencia artística de la capital francesa se plasma a la perfección en Le Royal Monceau, Raffles Paris, que cuenta con su propia galería de arte, llamada Art Gallery by Bel Air Fine Art. Su singularidad va más allá al ser el único hotel del mundo con su propia consultora de arte, Julie Eugène, siempre dispuesta a compartir sus amplios conocimientos con los clientes del hotel y a proponerles excursiones culturales, entre otros. El hotel también alberga una librería de arte con más de 700 obras.
En el sur de Francia, en Niza, Le Negresco sorprende a los viajeros con una colección de arte que incluye desde piezas Louis XIII hasta obras de arte actuales, como la Nana Amarilla de la escultora Niki de Saint Phalle. En colaboración con Art Kids Company, el hotel organiza talleres creativos online e in situ para que los pequeños de la casa (4-10 años) den rienda suelta a su imaginación.
Con su impresionante colección de más de 100 obras de artistas consagrados como Max Ernst, Henry Moore o Andy Warhol, The Dolder Grand es una auténtica meca para los amantes del arte. Ubicado en Zúrich, el espacio exhibe obras de 90 artistas de diferentes periodos, con el denominador común de que todos, sin excepción, han dejado una huella indeleble en la historia del arte. El viajero podrá encontrar también obras de los artistas españoles Salvador Dalí, como Femmes métamorphosées – Les sept arts, y Joan Miró.
Tal como su propio nombre indica, el resort Minos Beach Art (en la foto) –un verdadero remanso de paz, situado en un enclave privilegiado y aislado de la costa cretense– permite a los huéspedes deleitarse con las vistas a la playa privada mientras admiran las obras de arte de la colección de la Fundación G. & A. Mamidakis o se pierden en el laberíntico y minimalista jardín de esculturas.
Azulik, el hotel de lujo más sostenible de Tulum, presume de contar con su propio museo de arte contemporáneo, Sfer IK, que evoca a la ecología, la cultura maya y la arquitectura orgánica. Sus villas de madera hechas a mano ofrecen la posibilidad de reconectar con la naturaleza con los cinco sentidos en un entorno sin tecnología. Su estética, dominada por el uso de geometrías curvas, destaca entre la frondosa selva circundante. De hecho, algunos lo han apodado “el Guggenheim del Caribe”. Uno de los requisitos para visitar el museo es ir completamente descalzos, a fin de percibir cada textura.
Los amantes de Henry Moore, Damien Hirst, Wang Heping y Wilson Shieh encontrarán en Rosewood Hong Kong, situado en el centro neurálgico del distrito Victoria Dockside, su paraíso particular. Cada semana, se ofrecen tours para descubrir las maravillas de esta amplia colección privada que, en palabras del hotel, reflejan la historia única de Hong Kong, su cultura y sensibilidades.
Aunque las Maldivas ya por sí mismas son un regalo para la vista, el icónico hotel Patina, en las islas Fari, es un sueño hecho realidad. Ni el diseño impecable, integrado a la perfección con el entorno, ni la gastronomía de cinco estrellas: la esencia de la propiedad es el arte, que acompaña al huésped durante su estancia desde el momento del check-in.
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